sábado, 13 de septiembre de 2008

JOSE MANUEL VALDEZ

JOSÉ MANUEL VALDEZ, EL PRIMER MÉDICO NEGRO DEL PERÚ
Vía MesaAfro

Fue el primer hombre oscuro, “pardo”, con título de doctor en Medicina.

Nació en Lima el 29 de julio de 1767, y murió en la misma ciudad el 29 de diciembre de 1843. Fue hijo natural de Baltasar Valdez, músico de oficio y de María Cavada, negra o mulata libre.
Estudió latín en el Colegio Mayor de San Ildefonso de Lima y practicó medicina con el doctor Come Bueno, llegando a ser cirujano latino (1788) y bachiller en Medicina (1797).

Al no poder recibirse de médico debido a su color y bastardía, permaneció estacionario. Colaboró con el Mercurio Peruano con el seudónimo de Joseph Erasistrato Suadel (1791). Más tarde, venciendo los prejuicios de su tiempo, gracias a su talento excepcional, se graduó de doctor en medicina por especial privilegio del rey Carlos IV (1806).

Es el máximo exponente intelectual, académico y profesional con sangre africana en el Perú. Destacó en muchos campos, como médico cirujano, teólogo, historiador, literato, poeta latinista y parlamentario.
Llegó a ser catedrático en el Colegio de Medicina y Cirugía de Lima (1811); miembro de la Real Academia de Medicina de Madrid (1816); y accedió al supremo cargo de protomédico del Perú (1836).

Firmante del Acta de Independencia, fue miembro honorario de la Sociedad Patriótica. Culminó sus ascensos académicos como director del Colegio de Medicina de Cirugía (1840) donde había sido catedrático desde 1816.

Escribió seis estudios sobre medicina y tres obras de connotación teológica. Fueron los primeros: Disertación quirúrgica sobre el chancro uterino (1801), Elogio de la cirugía(1808), Memorias sobre las enfermedades que se padecieron en Lima el año 1821 (1827), Memoria sobre la disentería (1835), Relación del estado actual del arte obstétrico (1836), Salterío peruano o Paráfrasis de los 150 salmos de David (1833) y La vida admirable del bienaventurado fray Martín de Porres (1841).

Pancho Fierro, mulato como él, lo pintó arrebozado en su capa negra, con pañuelo rojo en la cabeza y sombrero alón de copa, guantes de cuero, zapatos de lazo y bastón de puño macizo. El caso de José Manuel Valdez no tuvo parangón en América.