viernes, 8 de mayo de 2009

WARI EN LAMBAYEQUE

Ceramio hallado en Pátapo, Lambayeque.


Por Cesar Maguiña Gómez
Presidente del Instituto Americano de Investigación y Conservación

Recientes declaraciones del arqueólogo Cesar Soriano que señalaba la existencia de arquitectura Wari en Patapo Lambayeque, y después las declaraciones del estudioso Francisco Cabrera sobre otros sitios de esta cultura en la región, desataron pasiones, contraversias, comunicados e impulsos burocráticos negando dicha presencia en el contexto de las antiguas culturas en territorio lambayecano. Poco falto la presencia de la inquisición por el lanzamiento de una hipótesis, pero siempre ha sido así, recuerden a Galileo condenado en 1663, es probable que la comparación es una tremenda exageración, pero recordemos las palabras de su padre Vincenzo Galilei: “Me parece que aquellos que sólo se basan en argumentos de autoridad para mantener sus afirmaciones, sin buscar razones que las apoyen, actúan en forma absurda. Desearía poder cuestionar libremente y responder libremente sin adulaciones. Así se comporta aquel que persigue la verdad.”

EL IMPERIO WARI

El Imperio Wari (año 500 a 1200 d.C.) es el resultado de un largo proceso cultural que tuvo su centro de desarrollo los andes centrales, con una impresionante diversidad ecológica que proporcionó lineamientos a la población que allí se asentó para alcanzar una alta calidad de vida. Las culturas Warpa, Nazca y Tiwanaku influenciaron en su desarrollo.

El arqueólogo de origen ayacuchano don Adán Castilla Rivera en su libro Imperio Wari: El dominio en los andes centrales, II Edición 2009, señala: “La ciudad de Wari, tuvo un crecimiento relativamente rápido. Al parecer, a mitad de esta Fase, el Gobierno Wari, experimento la primera expansión territorial; dominando las regiones de: Ayacucho, las costas de Ica, Lima, la sierra de Ancash, Huanuco, Pasco hasta la sierra de La Libertad, convirtiéndose en un estado Teocrático y Militarista. La experiencia adquirida en diversas campañas de conquista, incentivaron la modificación de los patrones citadinos ayacuchanos por la planificación urbana capitalino”.

La segunda expansión amplia sus fronteras territoriales y ocupa nuevas regiones en la costa norte, Piura, Lambayeque, Cajamarca, La Libertad, estableciendo centros administrativos y ceremoniales amurallados, ciudades planificando con adecuados servicios básicos, según indica Castilla, todo esto sucedía aproximadamente por los años 700 a 800 d.C. (Siglo VIII). Este Imperio abarco por el Norte hasta Piura y por el Sur hasta Tacna, incluyendo Arequipa y Cusco.

WARI EN LAMBAYEQUE

La mayoría de arqueólogos o antropólogos siempre han marcado con énfasis la existencia de la civilización mochica y Lambayeque o Sican en esta región. Poco se menciona de una larga permanencia del imperio Wari en Lambayeque al finalizar la era moche. Destacados arqueólogos nacionales y extranjeros solamente hacen la referencia de la influencia o impronta Wari en Lambayeque temprano. Identifican la iconografía y su influencia como Christopher Donan (1972) y Duccio Bonavia (1974) mostrando claramente la mezcla Mochica y Wari en la pintura mural de la Huaca La Mallanga (Facho); Menzel (1977) que la presencia Wari fue la llave para la instantánea estimulación y un nuevo florecimiento en la costa norte durante el dominio Wari; Izumi Shimada señala una fuerte influencia de Huari y/o Pachacamac en la cerámica del antiguo Sican (UNA BREVE RESEÑA HISTORICA SOBRE LA ARQUEOLOGIA EN LA REGION DE LAMBAYEQUE, Izumi Shimada, Universidad de Harvard, Presencia Histórica de Lambayeque, 1985).

Los recordados Sr. Jorge Rondon Salas (estudioso y pionero de la arqueología lambayecana y el Dr. Jorge Zevallos Quiñones (historiador y director del Museo Arqueológico de la Universidad de Trujillo, ambos fundadores del Centro de Estudios Arqueologicos de Lambayeque), mencionaban que existía un vacío cultural entre la ultima fase Moche y la presencia de la Cultura Lambayeque, aproximadamente entre los años 700 y 1200 d.C. En una publicación de 1971 titulada Cerámica de la Cultura Lambayeque, Zevallos Quiñones dice: “En los últimos años el problema sigue vigente, con la variante notable de empezar a tomarse lo “Lambayeque” dentro y como consecuencia del Tiahuanaco Expansivo aquella gran revolución cultural determinada en la Costa por la presencia “Wari”. No hay publicación alguna todavía, pero esta interpretación, evidentemente mejor, al retrocederse en seis siglos es útil y hace posible acercarse a una verdad.

ACERCARNOS A LA VERDAD

Lehmann, de nacionalidad alemana, en 1923 al observar los objetos áureos pintados a dos colores de la colección Bruning señala “guardan en sus antigüedades un estilo muy remoto, hasta ahora desconocido.” Wendell C. Bennett (1936) advirtió en la cerámica señales particulares y las llamo “propias modificaciones locales” mezcladas a una definida influencia del Chimu Temprano (mochica) y ciertas reducidas características de los periodos medios influenciados por Tiahuanaco, también señalaba que los arqueólogos entrenados habían descuidado esta región (Cerámica de la Cultura Lambayeque, Jorge Zevallos Quiñones, 1971)

Han tenido que transcurrir más de 80 años de la mención de los primeros indicios de presencia Wari o Tiahuanaco en territorio de Lambayeque. Hoy a la luz de la verdad el arqueólogo Cesar Soriano Díaz, abre un nuevo espacio sumamente importante para la cronología prehispánica lambayecana, al señalar la existencia de arquitectura de la ocupación Wari en esta región, por el momento en el nivel de hipótesis que tendrá que ser confirmada con la investigación arqueológica.

El valor de esta hipótesis radica en que el arqueólogo Soriano es el primero que se atreve de señalar la existencia de arquitectura o ciudadela Wari en Lambayeque, cuyo aporte significaría colocar con precisión el bloque que faltaba en la cronología cultural prehispánica de Lambayeque, entre la ultima fase Moche y el inicio de Cultura Lambayeque. Esta teoría la ha estado incrementando el estudioso Francisco Cabrera, quien ha continuación identifica otros importantes sitios de ocupación Wari en la región. Hipótesis reforzada aun mas con la visita realizada por los arqueólogos y antropólogo ayacuchanos (Adán Castilla Rivera, Máximo López Quispe, Benjamín Flores), indican: “Se han inspeccionado unas 15 ciudadelas donde han detectado el trazo ortogonal que es característico del imperio Wari que se desarrolló en Ayacucho entre los 500 y 1200 años después de Cristo. Existe mucha coincidencia en el patrón constructivo de la cultura Wari con lo verificado en campo en ciudadelas visitadas en Lambayeque. El tipo de construcción se parece en un 99 por ciento a la construcción Wari. Tienen los patrones Wari, existen indicios muy notables, enfatizo”. Otros indican: Existía una especie de rompecabezas, pero gracias al arqueólogo, César Soriano Ríos, quién descubre la primera ciudadela Wari en el cerro Pátapo Pósope Tres Puntas, obtuvo el gran indicio de todo esto.

Ante estas evidencias, tenemos que ser sumamente analíticos y críticos para afirmar la presencia Wari en Lambayeque y hasta que punto influyo en el desarrollo cultural en esta región. Hoy el reto puesto por Soriano y Cabrejos esta en manos de los arqueólogos con la investigación desapasionada, Los resultados engrandecen aun mas a nuestra región por los diversos aportes culturales recibidos a través de los siglos.

Para concluir, Rowe estima, con reserva, que podría considerarse el reinado de la dinastía de Naymlap en el periodo Lambayeque Medio…… puede o no ser una coincidencia, pero es aproximadamente la época en que, según parece, Tiahuanaco fue abandonado con la posible dispersión de sus ocupantes. No queremos sugerir con ello que pudiera Naymlap haber procedido de Tiahuanaco, pues no hay datos que apoyen este planteamiento. Pero es el caso que la dispersión de la gente de Tiahuanaco debe haber causado diversos desplazamientos humanos, que aun no son conocidos. El de Naymlap podría haber sido uno de ellos. (Dos Temas Norteños, Sobre la Procedencia de Naymlap, XXXIX Congreso Internacional de Americanistas, Agosto de 1970, Eugenio Alarco 1975).