domingo, 13 de abril de 2008

COMBATE DE IQUIQUE Y EL CABALLERO DE LOS MARES

Combate de Iquique: el Huáscar hunde a la Esmeralda.
Óleo de Thomas Somerscales.

Por Héctor Domecq

"El 16 de mayo de 1879, la armada del Perú se dirige hacia Chile al mando de Miguel Grau Seminario, llegando a Arica el 20 de mayo. Un día después, el “Huáscar” al mando de Grau llega a la bahía de Iquique y encuentra a las naves chilenas “Esmeralda” y “Covadonga”, las mismas que tratan de impedirle el paso. El “Huáscar” intenta romper el cerco y media hora después llega la fragata “Independencia” para ayudar a Grau, ante este hecho la “Covadonga” huye seguida por la “Independencia” y el “Huáscar” se enfrenta a la “Esmeralda”.

Grau no quería dañar el puerto de Iquique, ordena no disparar los cañones y utiliza los espolones de su barco para embestir a la nave enemiga. Después de dos intentos, finalmente a la tercera da en el blanco, la parte y la hunde. El capitán Arturo Prat, antiguo compañero y aliado de Miguel Grau, trata de abordar el “Huáscar” con otros marineros chilenos, pero son derrotados y mueren en el intento. Es ahí donde Grau ordena salvar a los náufragos mediante embarcaciones. Se consigue salvar a 62 chilenos, quienes agradecidos por la actitud del capitán vencedor, exclaman: “¡Viva el Perú generoso!”. Miguel Grau dio una verdadera lección de generosidad a los enemigos chilenos. Sin embargo la “Covadonga” no hizo lo mismo con la “Independencia”, ya que cuando la nave peruana sucumbió, los chilenos hicieron tiro al blanco con los náufragos. Cuando Grau llegó, la “Covadonga” huyó y “El Caballero de los mares” sólo halló 20 peruanos sobrevivientes.

Miguel Grau en Iquique había dado muestra de ejemplar caballerosidad. Después del combate, al efectuar el traslado de los chilenos caídos en la cubierta del “Huáscar” para su sepultura en Iquique, el jefe peruano guardó con respeto la cartera de Prat, que contenía los retratos de su esposa e hijos, y también su espada. Más tarde, el comandante Miguel Grau envió la cartera y la espada a la viuda del héroe, con una carta en que hacía cumplido elogio de su valor. Grau mereció por este acto de hidalguía el aprecio general de los chilenos."