martes, 10 de junio de 2008
QUÉ ES EL TAKI ONQOY
Dios Pachacámac.
El Taki Onqoy fue un movimiento indígena de carácter religioso y político que invocó a los wakas o dioses andinos para derrotar al Dios de los cristianos y expulsar a los invasores españoles del siglo XVI. Su núcleo fue la región de Ayacucho y se propagó por buena parte de los Andes Centrales hasta que fue duramente reprimido por los "extirpadores de idolatrías". Algunos seguidores del Taki Onqoy resistieron subrepticiamente y hoy su tradición es continuada por muchos "dansaq" o danzantes de tijeras.
A continuación una ampliación del tema vía Wikipedia:
El Taki Unquy o Taki Onqoy
Taki Unquy significa "el canto que enferma" en quechua. Y es desde el principio que encontramos dificultades en la descripción del fenómeno si es que no comprendemos su intrínseca connotación andina.
Su nombre viene de la creencia de que las huacas, enojadas por la expansión del cristianismo, se posesionaban de los indígenas y les hacían tocar música, bailar y anunciar la voluntad divina de restaurar la cultura, la mitología y la política prehispánica por medio de las mismas huacas.
Lo que los hechos nos dicen es que el Taki Unquy surgió aproximadamente en 1560 en Huamanga, Ayacucho, Perú, desde donde se propagó a Lima, Cusco, Arequipa, Chuquisaca y La Paz. Se trató en un principio de lo que se ha llamado "la rebelión de las Huacas", es decir como un movimiento religioso que propugnaba el rechazo del Dios occidental y cristiano impuesto de manera violenta y coercitiva a la población indígena andina como consecuencia de la conquista española del Perú. De este modo, se incitaba al regreso al culto de las huacas, que son a su vez los dioses pre-hispánicos y los recintos en los que se realizaba su veneración. Desde este punto de vista, es incorrecto tildar de milenanista al Taki Unquy, ya que justamente este movimiento no pretendía un segundo retorno de Cristo sino más bien la rebelión en contra del culto occidental-cristiano. Si hubiera que elegir alguna categoría occidental cabría utilizar imperfectamente (pero más ajustadamente al movimiento), el término Mesianismo.
La ideología tenía rasgos cristianos. Según la nueva creencia, las fuerzas de las huacas no se incorporaban en piedras ni en árboles como en tiempo del Inca sino que se meterían en los cuerpos:
"de los yndios e les hazian hablar e de allí tomaron a temblar diziendo que tenian las guacas en el cuerpo e a muchos dellos tomauan y pintauan los rrostros con color colorada y los ponian en unos cercados e allí yuan los yndios a los adorar por tal guaca y ydoles que dezia que se le avian metido en el cuerpo"
Justamente de rebelión contra el culto cristiano, el Taki Unquy derivó rápidamente a un movimiento de rebelión política con una ideología típicamente andina. Se pensaba que las huacas, en el primer momento de la invasión española, retornarían con todo su poder y vencerían al Dios español y con él a los invasores peninsulares, reestableciendo así el equilibrio del mundo roto con la conquista.
El líder visible del movimiento fue un indio llamado Juan Chocne. La rebelión fue duramente reprimida por el visitador Cristóbal de Albornoz, con quien colaboró el futuro cronista Felipe Guamán Poma de Ayala. Se llevó a Chocne y a los líderes espirtuales a Cusco donde debieron rechazar en acto público sus creencias. Las mujeres participantes fueron recluidas en conventos y los Curacas fueron multados por su participación en la sublevación.
El movimiento declinó en pocos años, se estima que terminó la práctica en 1572, pero la esperanza de una "reconquista" sobrevivió en el folclore y en círculos intelectuales.
A continuación una ampliación del tema vía Wikipedia:
El Taki Unquy o Taki Onqoy
Taki Unquy significa "el canto que enferma" en quechua. Y es desde el principio que encontramos dificultades en la descripción del fenómeno si es que no comprendemos su intrínseca connotación andina.
Su nombre viene de la creencia de que las huacas, enojadas por la expansión del cristianismo, se posesionaban de los indígenas y les hacían tocar música, bailar y anunciar la voluntad divina de restaurar la cultura, la mitología y la política prehispánica por medio de las mismas huacas.
Lo que los hechos nos dicen es que el Taki Unquy surgió aproximadamente en 1560 en Huamanga, Ayacucho, Perú, desde donde se propagó a Lima, Cusco, Arequipa, Chuquisaca y La Paz. Se trató en un principio de lo que se ha llamado "la rebelión de las Huacas", es decir como un movimiento religioso que propugnaba el rechazo del Dios occidental y cristiano impuesto de manera violenta y coercitiva a la población indígena andina como consecuencia de la conquista española del Perú. De este modo, se incitaba al regreso al culto de las huacas, que son a su vez los dioses pre-hispánicos y los recintos en los que se realizaba su veneración. Desde este punto de vista, es incorrecto tildar de milenanista al Taki Unquy, ya que justamente este movimiento no pretendía un segundo retorno de Cristo sino más bien la rebelión en contra del culto occidental-cristiano. Si hubiera que elegir alguna categoría occidental cabría utilizar imperfectamente (pero más ajustadamente al movimiento), el término Mesianismo.
La ideología tenía rasgos cristianos. Según la nueva creencia, las fuerzas de las huacas no se incorporaban en piedras ni en árboles como en tiempo del Inca sino que se meterían en los cuerpos:
"de los yndios e les hazian hablar e de allí tomaron a temblar diziendo que tenian las guacas en el cuerpo e a muchos dellos tomauan y pintauan los rrostros con color colorada y los ponian en unos cercados e allí yuan los yndios a los adorar por tal guaca y ydoles que dezia que se le avian metido en el cuerpo"
Justamente de rebelión contra el culto cristiano, el Taki Unquy derivó rápidamente a un movimiento de rebelión política con una ideología típicamente andina. Se pensaba que las huacas, en el primer momento de la invasión española, retornarían con todo su poder y vencerían al Dios español y con él a los invasores peninsulares, reestableciendo así el equilibrio del mundo roto con la conquista.
El líder visible del movimiento fue un indio llamado Juan Chocne. La rebelión fue duramente reprimida por el visitador Cristóbal de Albornoz, con quien colaboró el futuro cronista Felipe Guamán Poma de Ayala. Se llevó a Chocne y a los líderes espirtuales a Cusco donde debieron rechazar en acto público sus creencias. Las mujeres participantes fueron recluidas en conventos y los Curacas fueron multados por su participación en la sublevación.
El movimiento declinó en pocos años, se estima que terminó la práctica en 1572, pero la esperanza de una "reconquista" sobrevivió en el folclore y en círculos intelectuales.