sábado, 12 de julio de 2008

ESTILOS ARQUITECTONICOS EN EL VIRREINATO

Iglesia de San Agustín, en Lima. Foto: Flickr

La arquitectura colonial del Perú

Por José Tamayo Herrera *

Los españoles al expandirse sobre el antiguo territorio del Tawantinsuyo, trajeron consigo nuevos estilos arquitectónicos, nuevas técnicas de construcción, nuevos materiales para construir, y sobre todo una visión diferente de la utilización del espacio.

La arquitectura colonial se expresó sobre todo en las construcciones religiosas: Iglesias, capillas, conventos, monasterios, etc., etc., pero también hubo una arquitectura civil concretada en los palacios, casonas señoriales y en el diseño y construcción de las ciudades. Los españoles, entre otros elementos arquitectónicos trajeron el arco de medio punto, la bóveda, la teja, los azulejos, el labrado de la piedra, el diseño de las iglesias en forma de cruz latina, el estilo de la capilla abierta con atrio, y el diseño en damero de las ciudades españolas, siguiendo los modelos teóricos de los arquitectos del Renacimiento europeo.

Los españoles trajeron de Europa cuatro estilos básicos en arquitectura: El Renacentista, bajo su forma española de plateresco, el barroco, el rococó y el neoclásico, pero estos estilos no se implantaron en su modelo puro, sino que fueron adaptados a la realidad peruana, con variantes regionales, produciendo así formas arquitectónicas típicas según las regiones del país y acondicionadas a las condiciones sísmicas del Perú.

El estilo renacentista abandonó el empleo recargado de ornamentos propio del gótico medieval, para sustituirlo por una marcada influencia a lo llano y en que la fachada tiende a ser más simple, predominando los arcos tanto en el interior como en el exterior. Se usaron mucho las columnas, principalmente las del tipo dórico y se utilizaron los frontones y las cúpulas semiesféricas.

Entre los monumentos coloniales peruanos que reflejan el estilo renacentista o plateresco se halla la Catedral del Cusco, diseñada por el arquitecto vizcaíno Juan Manuel de Veramendi.

El estilo barroco, que es el que predomina en los siglos XVII y XVIII tiende hacia las formas recargadas, la riqueza expansiva, la abundancia de la ornamentación, el uso de la columna salomónica con relieves de plantas y animales.

En la historia de la arquitectura colonial peruana puede hablarse de varia formas de barroco. El barroco limeño, representado por la Iglesia de San Agustín en Lima o el Palacio de Torre Tagle. El barroco cusqueño representado por el convento de La Merced del Cusco o la Iglesia de la Compañía en la misma ciudad, esta última, diseñada por el arquitecto Diego Martínez de Oviedo. El llamado barroco andino que se encuentra sobre todo en las iglesias construidas con sillar en Arequipa, como la Compañía de esa ciudad, y en los templos situados a orillas del Lago Titicaca: San Pedro de Zepita, Santiago de Pomata, La Santa Cruz de Juli, etc., etc. Este barroco andino combinaba en una forma sincrética, la planta arquitectónica europea con motivos americanistas.

El estilo rococó en arquitectura, es un arte de tipo apolíneo, de influencia francesa, recogido e introverso, que expresa lo bello con delicadeza de formas y con gran sentido de naturalidad y elegancia. Varios altares de la Iglesia de San Francisco en Lima, la Quinta de Presa, la Casa de Osambela, expresan el estilo rococó en el Perú.

El estilo neoclásico, predomínate en las primeras décadas del siglo XIX, al fin de la Colonia, pretende un retorno a los modelos del Renacimiento. Imita formas clásicas griegas y romanas, con profusión de columnas, frontones y cúpulas, tendiendo a simplificar las líneas, llegando inclusive a la frialdad y a la desnudez. El arquitecto neoclásico más notable en el Perú fue el Presbítero Matías Maestro. Ejemplos de la arquitectura neoclásica los encontramos en el Altar Mayor de la Catedral de Lima, el antiguo cementerio de Lima, etc.

* FUENTE:
- TAMAYO HERRERA, José, Historia del Perú: Conquista y Colonia, editorial Universo, Lima.