lunes, 7 de septiembre de 2009

EL ORIGEN DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS

El Señor de los Milagros. Foto: Luis Colán.


En el siglo XVI el español Hernán González, encomendero de Pachacámac (Lurín), adquirió algunos terrenos en Lima. Uno de ellos fue conocido como la Huerta de Pachacamilla, porque era cuidada por indígenas provenientes de Pachacámac. Estos indios, mal cristianizados, adoraban en secreto una imagen de Pachacámac, el antiguo dios de los terremotos, que pintaron en una pared.

Este culto perduró con el paso del tiempo y fue contagiado a los negros esclavos del lugar. En el siglo XVII los indios desaparecieron y los negros angolas reemplazaron la imagen de Pachacámac por una del Cristo crucificado. Se sabe que desde 1650 los negros formaron una cofradía y se reunían para rendir culto a la imagen y le construyeron una ermita.

En 1655, ocurrió un terremoto en Lima, causando pánico en la población. Se destruyó buen número de casas e iglesias. La ermita de Pachacamilla, sufrió el derrumbe de su techo, pero la pared donde estaba la imagen de Cristo crucificado no quedó afectada. Esto fue considerado como un milagro. Desde aquel tiempo el Señor de los Milagros es venerado como el Señor de los Temblores, así como su ancestro prehispánico el dios Pachacámac.