martes, 29 de julio de 2008

RESUMEN DEL MENSAJE PRESIDENCIAL DE ALAN GARCIA


Ayer 28 de julio del 2008 el presidente del Perú Alan García Pérez dio su mensaje a la Nación como es tradición en nuestras Fiestas Patrias. Elegimos la síntesis del diario Perú 21 y resaltamos en negritas algunos puntos importantes.

No hubo sorpresas, pero sí varios vacíos en el mensaje
Noticia de Perú 21

La autocrítica presidencial por la falta de atención a las demandas de salud, impulso al agro y seguridad ciudadana no logra disipar el descontento ciudadano.

La abundancia de cifras con que el presidente de la República, Alan García Pérez, graficó los logros de su gobierno contrastó con la escasez de propuestas concretas para aliviar “los problemas de protesta y ansiedad” que se registran desde hace varios meses en diversos puntos del país.

En su mensaje a la nación ante el Congreso, al conmemorarse el 187 aniversario de nuestra independencia, el mandatario fue pródigo al reseñar los avances registrados en diversas áreas del Sector Público, a lo largo de los últimos 24 meses. Sin embargo, fue lacónico respecto de las medidas que aplicará para contener la inflación, luchar contra la exclusión y la extrema pobreza y garantizar un crecimiento económico prudente, pese a que catalogó esos tres aspectos como los principales objetivos de su tercer año de gobierno.

Con ese antecedente no sorprendió a muchos, aunque sí decepcionó, que no hiciera referencia alguna a las políticas de gobierno en materia de reforma del Estado, reforma tributaria o lucha antidrogas. Menos aún habló sobre la lucha anticorrupción, bajo cuyo manto anunció, hace exactamente un año, la creación de la hoy acéfala Oficina Nacional Anticorrupción (ONA). Tampoco hizo un deslinde respecto de un supuesto pacto aprofujimorista orientado a concederle beneficios al procesado ex presidente Alberto Fujimori.

INSATISFACCIÓN. En lugar de eso, García enfocó sus planes en la lucha contra la pobreza, con el fin de reducirla a un 30% al final de su gestión. “Luego de un gran impulso material, nos proponemos profundizar la redistribución aumentando los recursos para la lucha contra la extrema pobreza y el número de beneficiarios. Si el Perú ha demostrado que avanza, ahora deben ser los más pobres quienes avancen más”, sostuvo apenas iniciado su discurso, el cual calificó como un “mensaje de optimismo y serenidad”.

El jefe de Estado resaltó los índices de crecimiento económico y de inversión estatal en infraestructura vial, eléctrica y de vivienda, con el consiguiente incremento del número de empleos, en 2007, pero admitió y dijo comprender que, pese a las cifras en verde, “hay un sector del país insatisfecho que protesta por el alza de los alimentos”.

No obstante, atribuyó esta situación al alza en los precios del petróleo y de otros productos en el mercado internacional, y añadió que, si bien el Gobierno está trabajando para que la inflación no nos afecte, a través, por ejemplo, de un severo control de precios, “nadie puede evitar esta conmoción porque no hay islas en las economías del mundo”.

MEA CULPA. Alentado por los aplausos de la representación parlamentaria aprista, y ante la mirada escéptica de sus opositores, García le pidió a la población que tenga confianza en que en los próximos 12 meses aumentará la actividad económica y el empleo mucho más que en otros países.

Pero también hizo un mea culpa sobre el accionar del Gobierno y su administración. “Debemos corregir los defectos y carencias del Gobierno y de la administración. Faltaron medicinas e instrumentos de salud, y una jornada de trabajo de ocho horas en la salud, donde por un privilegio legal se trabaja menos; faltó impulso para que cada hectárea produzca más; faltó más energía y más policías contra la delincuencia en la calle; faltó más fuerza para salir de los aprovechadores y corruptos que no faltan y no debemos encubrir; faltó velocidad en la reacción y reducir los niveles burocráticos intermediarios para llegar más directamente al pueblo. Faltó más presencia juvenil en el Gobierno, más serenidad y más modestia. Eso, en los próximos meses, debe corregirse”, sentenció.

Las palabras del mandatario fueron escuchadas atentamente por los ministros de los sectores involucrados en este inesperado mea culpa, pero, una vez más, no provocaron ninguna reacción entre la oposición. Tampoco lo hizo la orden que –en su calidad de jefe supremo de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional– impartió a la PNP para que ataque con eficacia la delincuencia urbana y el pandillaje. “El pueblo exige resultados, y estoy seguro de que agradecerá esa acción”, subrayó mientras una avalancha de miradas se enfilaba hacia el cuestionado titular del Interior, Luis Alva Castro.

REPASO. En este balance de gestión, el jefe de Estado hizo un repaso sobre la labor cumplida por cada uno de sus ministerios. Anunció la concesión del gasoducto andino hacia el sur, emplazó a la Oficina de Normalización Previsional para que, en un plazo de 100 días, resuelva la situación de los jubilados con quienes se encuentra en litigio judicial por el pago de su pensión, dio cuenta del aumento de la inversión pública en infraestructura e, incluso, destacó que la inversión privada llegará a fin de año a los US$56 mil millones en los rubros de manufactura, construcción, industria y servicios.

Asimismo, resaltó que el programa Agua para Todos ha beneficiado a 194 mil familias y, en ese contexto, aprovechó para responderles a quienes lo acusan de gobernar para los ricos. “Que yo sepa, no hay ningún rico sin agua potable”, comentó con ironía, en implícita respuesta a los cuestionamientos de su antecesor, Alejandro Toledo.

Esa, empero, no fue la única alusión que hizo García a sus opositores, a quienes, en tono desafiante, emplazó a participar en la lucha contra la pobreza extrema. “Hay una dispersión poblacional y distancia andina. Solo en la sierra hay 72 mil centros poblados con un promedio de 100 habitantes cada uno. Si pueden llevar a todos carreteras, infraestructura, centros médicos, escuelas primarias, si usted lo puede hacer, le dejaré este sitio”, refirió, y en esa misma línea emplazó a la clase política a actuar “con responsabilidad y madurez política” para avanzar hacia el desarrollo.

En otro momento, el jefe de Estado mencionó la dación de la Ley del Silencio Administrativo como un importante paso en la “profunda reforma” que requiere el Estado, pero nada dijo sobre la ley de la carrera pública, cuyo envío al Parlamento por parte del Ejecutivo se encuentra pendiente desde hace varios meses.

Más adelante, retomando un ofrecimiento de campaña, pidió al Poder Legislativo que impulse el debate en torno a la creación del Ministerio de Cultura.