domingo, 13 de julio de 2008

PRIMEROS DOMESTICADORES DE ANIMALES DEL PERU Y AMERICA

Durante muchos años se vino difundiendo que los primeros domesticadores de camélidos fueron los hombres de Jaywamachay, de Ayacucho. Esta fue la versión de Richard Mac Neish popularizada por el historiador Antonio del Busto en su clásico de los años ochenta Historia del Perú Pre Incaico. Sin embargo, en las obras de arqueólogos más recientes el origen de la ganadería peruana y americana se explica con los estudios en Telarmachay y otras cuevas de las alturas de Junín.

Consultamos con el arqueólogo Joaquín Narváez su opinión sobre este importante tema y con la amabilidad que lo caracteriza nos respondió.

Origen de la domesticación de camélidos en el Perú

Estimado Arturo:

Existe la creencia que los primeros pastores en el Perú fueron los habitantes de la cueva de Jaywamachay en Ayacucho. He leído eso en numerosos textos no especializados y páginas Web desde hace años siendo difundido por profesores en las escuelas y academias preuniversitarias. Sin embargo, en los estudios científicos acerca de los orígenes de la domesticación de camélidos en los Andes (Wheler et al 1976; Baied y Wheeler 1993; Lavalle 1995) Jaywamachay nunca se menciona.

Conforme lo explicaré a continuación, dicha cueva no revela mayores datos acerca de este tema, mostrando en cambio mucha información sobre cazadores de comienzos del Holoceno así como del periodo Inicial.

Jaywamachay fue uno de los sitios excavados por el Archaeological-Botanical Project dirigido por Richard MacNeish en 1969 y 1970. Este proyecto estudió varias cuevas y abrigos rocosos en los alrededores de Huamanga con la finalidad de determinar los cambios en el patrón de asentamiento y el cultivo de vegetales en la zona. La información recuperada de las múltiples excavaciones efectuadas en varios sitios permitió plantear una secuencia de ocupaciones en el área de Ayacucho (MacNeish y Nelken-Terner 1983; MacNeish 1991:55-58) que se iniciaba en el Pleistoceno con la fase Pacaicasa, a la que se asignó 20,000 a.C., seguida por las fases Ayacucho y Huanta. Estas fases pleistocénicas han sido descartadas por otros investigadores debido a que los artefactos asociados a las mismas son en realidad piedras naturalmente fracturadas o instrumentos reales pero intrusivos en capas muy antiguas (Lynch 1991:25).

A Huanta le sigue la Fase Puente (9,000 – 7,100 a.C.) que corresponde a cazadores y recolectores holocénicos la cual es aceptada sin problemas. La siguiente fase es Jaywa (7,700-5,800 a.C.) denominada así porque las mejores evidencias de esta fueron encontradas en la cueva de Jaywamachay. Fueron cazadores de camélidos, ciervos y cuyes silvestres. Tenían artefactos líticos para la caza, procesamiento de pieles así como piedras para moler. Piki (6,700 – 5,000 a.C.) es la siguiente fase también con campamentos de bandas de cazadores. Pero también cultivaban quinua, calabazas y tal vez zapallo. Se encontraron numerosas manos de moler y azadas para roturar la tierra. No hay domesticación de animales, aunque si mucho consumo de cuyes silvestres (MacNeish y Nelken-Terner 1983; MacNeish 1991:55-56)

La siguiente fase es Chihua (5,000 - 4,000 a.C.) con evidencias del cultivo de frejoles, achiote, calabazas, lúcuma y tal vez coca, así como papas, un tipo primitivo de maíz y cuyes. Las evidencias indican control de camélidos, tal vez confinamiento de individuos silvestres en corrales, pero aún sin ser domesticados (MacNeish y Nelken-Terner 1983; MacNeish 1991:56)

Cachi (3,900-2,200 a.C.) le sigue a Chihua y ya presenta restos arquitectónicos. Maíz, frejoles, calabazas, taro, lúcuma, posibles cuyes domésticos, componen parte importante de la dieta. También hay consumo de camélidos, posiblemente domesticados, así como venados y pequeños mamíferos pero en menor cantidad. Se levantan terrazas así como casas circulares que son indicadores de existencia de las primeras villas en la zona de Ayacucho. Las fases finales en la secuencia de MacNeish son Andamarka-Wiqchana (2,213-1,100 BC) y otras posteriores como Rancha (500 -200 a.C.) fases que ya presentan formas aldeanas de vida, con cerámica, ganado doméstico y agricultura plena. (MacNeish y Nelken-Terner 1983; MacNeish 1991)

La cueva de Jaywamachay se localiza en el valle del río Cachi al suroeste de la ciudad de Huamanga y a 3,350 msnm. Presenta una secuencia ocupaciones con artefactos líticos, fogones y numerosos huesos, especialmente ciervos, camélidos y cuyes, así como restos vegetales y algunos restos humanos, todo intercalado con desplomes del techo de la cueva. La secuencia de ocupaciones es la siguiente (García 1980):

- Fase Puente: las primeras 9 capas (de la zona L1 hasta la Zona G incluso).
- Fase Jaywa: las siguientes 5 capas (de la zona G, que presenta mezcla de artefactos Puente y Jaywa, hasta la zona C). MacNeish es claro en señalar que no hay evidencias de camélidos domésticos durante esta fase.

- Fase Rancha: 500 – 200 a.C. comprende una sola capa, la zona B. Se encontraron los restos de un corral así como huesos y excrementos de camélidos domésticos, entierros humanos y cerámica del periodo Inicial y Horizonte Temprano de los estilos Rancha y Paracas.
- Fase histórica-moderna. La última capa de la cueva denominada Zona A.

En Jaywamachay si bien se consumió mucho camélido durante las distintas fases de ocupación, no hay evidencias de que estos fueran domésticos sino hasta el período Inicial. El corral y los restos de llama recién aparecen en la Fase Rancha (Zona B de la cueva) muy tardío para ser considerado como el pastor más antiguo del Perú.

En el área de Ayacucho es recién en la Fase Cachi (3,900-2,200 a.C.) donde hay ciertas evidencias de cría de camélidos, la que podría remontarse, aunque de manera muy experimental, incluso a Chihua (5,000 a.C.) pero ninguna de estas fases ha sido encontrada en Jaywamachay.

El mejor lugar en donde se presenta evidencias muy tempranas de domesticación de camélidos es en las puna de Junín, a más de 4,000 msnm en Pachamachay, Uchkumachay, Telarmachay, Panaulauca y Acomachay A.

Una primera explicación del proceso de domesticación de camelidos en esa zona fue dada por Wheeler, Pires-Ferreira y Kaulicke (1976) quienes definieron una secuencia de cambios en el uso de animales, desde la caza de ciervos y camélidos silvestres hasta la domesticación final de camélidos y el abandono de la caza.

En Uchkumachay el nivel 7, correspondiente a fines del Pleistoceno, presenta restos de ciervo de puna extinto Agalmaceros blicki y equido Parahipparion. Tentativamente se ubica entre 10,000 y 7,000 a.C. El nivel 6 (entre 7,000 y 5,500 a.C.) es una etapa de transición, con un incremento en el uso de camélidos (54.9% de camélido frente a un 41.7% de cérvidos). El Nivel 5 (5,500 – 4,200 a.C.) hay un 82.3% de utilización de camélidos en la dieta mientras que los ciervos constituyen el 17.3%. En el Nivel 4 (4,200 – 2,500 a.C.) los camélidos son el 84.8% y los ciervos sólo el 14% (Wheeler et al 1976: 486) La secuencia en Uchkumacahy se vuelve confusa para el período Arcaico Final (2,500-1,750 a.C.) pero en Acomachay A, Telarmachay y Pachamachay, hay 96.1% de utilización de camélidos para esta época lo que indica ya su plena domesticación (Wheeler et al 1976: 487).

En el abrigo de Telarmachay, antes del 5,000 a.C., el porcentaje de fetos de camélidos hallados fue el 35% del total de restos de camélidos, lo que es similar a lo observado en poblaciones de vicuñas y guanacos modernos que viven silvestremente. Esto se puede interpretar como que los habitantes del abrigo durante esa época solo los cazaban. Pero hacia el 5,000 a.C. los fetos de camélidos son reemplazados por recién nacidos, en un 57% de todos los camélidos. Esta alta mortalidad sugiere enfermedades asociadas a la domesticación y hacinamiento en corrales. Esto no quiere decir necesariamente la existencia de camélidos domésticos, pero si en confinamiento de animales silvestres para poder ser mejor aprovechados. Los cazadores no matan recién nacidos ya que estos proporcionan poca carne y además acabarían con futuros adultos que posteriormente podrían ser cazados y plenamente aprovechados. Animales domésticos, aparentemente similares a las alpacas, aparecen entre 5,200 y 4,000 a.C. Pero será entre 4,000 y 3,500 a.C. que la transición de caza especializada de camélidos a la crianza de alpacas y llamas domésticas será completa (Breid y Wheeler 1993:148; Lavallée et al 1995).

Resumiendo, Jayhuamachay no presenta mayores evidencias acerca de la temprana domesticación de camélidos. La secuencia completa puede observarse en los abrigos rocosos de las Punas de Junín. Allí se ve la transición entre cazadores de ciervos y camélidos, luego una progresiva especialización en la caza de camélidos y abandono de ciervos, confinamiento de camélidos salvajes en corrales, hasta la domesticación final de llamas.

Referencias citadas:

García Cook, Angel
1981 The Stratigraphy of Jaywamachay Ac 335. Prehistory of the Ayacucho Basin, Peru. Volume II: 57-79. Published for the Robert S. Peabody Foundation for Archaeology. The University of Michigan Press. Ann Arbor.
Lavallée, Danièle; Michèle Julien, Jane Wheeler y Claudine Karlin
1995 Telarmachay: Cazadores y Pastores Prehistóricos de los Andes. Instituto Francés de Estudios Andinos. Lima
Lynch, Thomas F
1990 Glacial-Age Man in South America? A Critical Review. American Antiquity, Vol. 55, No. 1: 12-36.
MacNeish, Richard S.
1991 The origins of Agriculture and Settled Life. University of Oklahoma Press: Norman and London.
MacNeish, Richard S. and Antoinette Nelken-Terner
1983 Introduction to Preceramic Contextual Studies. Prehistory of the Ayacucho Basin, Peru. Volume IV, : 1-16. Published for the Robert S. Peabody Foundation for Archaeology. The University of Michigan Press. Ann Arbor.
Wheeler Pires-Ferreira, Jane; Edgardo Pires-Ferreira y Peter Kaulicke
1976 Preceramic Animal Utilization in the Central Peruvian Andes. Science, New Series, Vol. 194, No. 4264: 483-490. American Association for the Advancement of Science.
Baied, Carlos A. y Jane C. Wheeler
1993 Evolution of High Andean Puna Ecosystems: Environment, Climate, and Culture Change over the Last 12,000 Years in the Central Andes. Mountain Research and Development, Vol. 13, No. 2: 145-156. International Mountain Society

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