Cada 30 de agosto se celebra la fiesta de Santa Rosa de Lima, en honor a la mujer que hace 400 años sorprendió a los limeños por su inmensa fe religiosa y vocación de servicio a los más necesitados. Hoy en día es considerada Patrona de la República del Perú, de la Policía Nacional y de las enfermeras. Y su casa es uno de los santuarios más importantes de América.
Santa Rosa nació en Lima el 30 de abril de 1586, y fue bautizada con el nombre de Isabel Flores de Oliva . Sus padres fueron el soldado español Gaspar Flores y la costurera huanuqueña María de Oliva. Desde pequeña sintió una fuerte vocación religiosa, por lo que oraba y ayunaba con mucha frecuencia.
A los 15 años regresó a Lima, y a los 20 se incorporó como Terciaria del Convento de Santo Domingo. Fue muy devota de Santa Catalina de Siena, y así como ella castigaba su cuerpo con rudos castigos y penitencias. Creía que así acompañaba la pasión de Cristo y el sufrimiento de los indígenas del Virreinato del Perú.
En su casa del barrio de Malambo ayudaba en la economía familiar hilando y bordando hermosas prendas para su venta. También acudía a los hospitales para atender a los pacientes. Incluso convenció a sus padres para cuidar a los enfermos en su propia casa.
Falleció en Lima el 24 de agosto de 1617, a la edad de 31 años. Al parecer fue por una tuberculosis. En 1671, el Papa Clemente X la canonizó como Santa Rosa de Santa María, Patrona de las Américas y las islas Filipinas.