Autor: Fernando Silva Santisteban *
La política de “La Patria Nueva” como denominaron los leguiístas al régimen, significó la más grande e irresponsable entrega de las riquezas, servicios y rentas del país a los capitalistas norteamericanos. Leguía había logrado el desplazamiento de la oligarquía civilista formando su clientela política con numerosas personas hasta entonces segregadas del poder, y para mantenerlas satisfechas aumentó los puestos, concesiones y beneficios a cargo, naturalmente, del tesoro público; decidió además, elevar los niveles de empleo e ingreso urbano. Como los ingresos fiscales no eran suficientes, la prodigalidad con la que aseguraba la tranquilidad y estabilidad políticas, fue sufragada en gran parte con una serie de empréstitos que se colocó entre los banqueros norteamericanos.
Los requerimientos de Leguía coincidieron con el interés de la banca y de los capitalistas norteamericanos por colocar sus capitales en el extranjero para así resolver los problemas que se les presentaban por la acumulación interna. Entre los empréstitos contratados por el gobierno de Leguía tenemos los siguientes: Los empréstitos de Petróleo y del Guano (1922) para atender diversos servicios del Estado, contratados por 2´500,000 dólares con la Guaranty Trust Co. cuyo aval estuvo constituido por la renta del petróleo; en diciembre del mismo año otra emisión de 1´250,000 libras esterlinas con la garantía de la venta del guano a H. Schroder & Co. de Londres, de efectos inmediatos, pues se obligó al gobierno a renunciar a la administración y recaudación directa del guano; otro empréstito de 7´500,000 dólares con el objetivo de cancelar los déficits presupuestales de los años anteriores y de intensificar las irrigaciones de las pampas de Olmos y cubrir otras obligaciones (1925); la serie de Empréstitos de Saneamiento de de 25´000,000, tomada por los banqueros Blyth Witter & Co. y White Weld & Co. de Nueva York (1924).
Los empréstitos de Petróleo, Saneamiento y Cancelación de la Compañía Recaudadora (1925 y 1926) por 30´000,000 de dólares a los mismos banqueros; los empréstitos del Tabaco que afectaba a la renta del Estanco de este producto, contratado a un sindicato de banqueros en el que participaron J. y W. Seligman por 15´000,000 de dólares, que debían dedicarse a la cancelación de otros empréstitos así como a la adquisición de maquinaria para la fabricación de cigarros y cigarrillos, la construcción de vías férreas y la continuación de las obras de irrigación y saneamiento; el llamado “Empréstito Nacional Peruano” por 100´000,000 de dólares, que no fue colocado en su integridad, y tenía por objeto dedicar una parte a la compra o reducción de bonos o vales de la Deuda Externa, a establecer un fondo para cambios a fin de obtener la estabilización de la moneda y a proseguir las obras públicas en ejecución, la primera serie que ascendía a 50´000,000 fue contratada con los banqueros J. y W. Seligmn y the National City Co. y tuvieron como garantía todas las rentas del Estado concediéndose a los prestamistas el derecho a nombrar un Director en la institución encargada de recaudarlas y otro en el Banco de Reserva; además de otros préstamos a corto plazo, de emisiones directas de bonos y de otros empréstitos a los bancos de Lima.
La magnitud de tales préstamos determinó que el Senado de los Estados Unidos ordenara en 1931 una investigación sobre los empréstitos colocados al Perú por los banqueros norteamericanos, en la cual se reveló que Juan Leguía, hijo del Presidente, había recibido la suma de 450,000 dólares de J. y W. Seligman y Co. y de la National City Co. (Holding del National City Bank) por sus servicios en relación con un préstamo de 50´000,000 de dólares que estas casas acordaron al Perú. Los servicios de Juan consistieron en no obstaculizar el préstamo.
* Fuente:
- SILVA SANTISTEBAN, Fernando, Historia del Perú, tomo III, Ediciones Buho, Lima, 1982.
Etiquetas: LEGUÍA, REPÚBLICA, SIGLO XX